Un domingo la pareja “Luis” y “Berta” iban a llegar tarde a misa y estaban conduciendo más rápido que el límite de velocidad. La pareja fue detenida por el agente de del Departamento de Seguridad Pública (DPS) Mirna Gracia. La cámara de la patrulla registró lo que sucedió después.

Luis no tenía licencia, por lo que Gracia comienza a interrogarlo a él y a Berta sobre su estado migratorio. Le dicen que han estado viviendo durante varios años en Brownsville y que tienen cuatro hijos nacidos ahí. No han tenido el dinero para arreglar su residencia permanente, porque un hijo está enfermo.

Gracia llama a un agente de la Patrulla Fronteriza. Ella le dice a Luis y Berta que alguien tiene que venir por el auto y el niñito de seis años que está con ellos. Berta llama a su hijo de 16 años, Alan. En solo minutos, el llega en pantalones cortos y chanclas, con aspecto angustiado.

"La Patrulla Fronteriza se va a llevar a tu papá", le dice Gracia al joven. El comienza a llorar y su mama le dice "Hijo, no llores. "Ayúdenos!" ella le ruega a Gracia.

“Yo estoy haciendo mi trabajo, ma’am,” Gracia responde.

Sin dinero para pagar abogados de inmigración, Luis y Berta fueron deportados a México.

En Texas, cada vez es más común que los agentes del Departamento de Seguridad Pública (DPS) entreguen a personas que han detenido por infracciones menores a los agentes de la patrulla fronteriza. Un nuevo manual de la agencia les obliga hacer esto, pero el manual no dice nada acerca de si deben de interrogar a pasajeros sobre su estado migratorio.

Estos últimos años, y especialmente después que Donald Trump fue elegido Presidente, el DPS de Texas ha desarrollado una máquina de deportación bien engrasada. Pasajeros y peatones han sido detenidos. Las vidas de los inmigrantes están dañadas o arruinadas, junto con las de sus hijos, muchos de los cuales nacieron y crecieron en los Estados Unidos.

A principios de este año, Texas aprobó el proyecto de ley SB4—conocida como la ley “enseñame tus papeles”—aunque partes de la ley han sido bloqueadas y siguen bajo revisión en un tribunal federal. SB4 anima prácticamente todas las agencias de policía en Texas a interrogar a las personas sobre su estado migratorio durante paradas sobre otros asuntos y llamar a agentes de inmigración.

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Un Video tomado por la cámara de una patrulla DPS muestra como una parada de tráfico rutinaria se convierte en una pesadilla para una familia.

Unos oficiales elegirán no hacer tales preguntas pero otros, como la agente Gracia en Brownsville, simplemente pensaran que están "haciendo su trabajo" en llamar a agentes de inmigración. En otras ocasiones, habrán policías que disfrutaran del trabajo, empujando a más personas a una deportación que crece cada vez más grande y destructiva.

Alan se quedó en los Estados Unidos después de que sus padres fueron deportados. El vive en Brownsville con sus tíos y primos en una colonia de viejas casas móviles conocida como "Las Traílitas.” Como son varios habitantes, Alan duerme en sábanas extendidas en el piso.

Alan es capitán del equipo de fútbol en su escuela. Sus compañeros intentan ayudarlo a sobrevivir el trauma de ser algo así como un huérfano. Su entrenador, Amadeo Escandón, recibió la llorosa llamada de Alan justo después de los arrestos de sus padres.

"No sabía qué decirle al niño," dijo Escandón. "Él estaba destruido."

Alan visita a sus padres los fines de semana en Matamoros, una ciudad que está muy infiltrada por el Cartel del Golfo. Alan últimamente parece apagado y angustiado. Comenzó su último año este otoño, y los entrenadores están trabajando para conseguirle una beca atlética a la universidad.

El está decidido a quedarse en los Estados Unidos: "Es mi país," dijo. "Yo nací aquí."

Por mientras, jueces federales están deteniendo la implementación de parte de la controversial ley SB4, pero como se ve en el caso de Alan, hay familias que ya están sufriendo por su existencia.