En meses recientes, al menos siete niños han muerto en custodia o después de ser detenidos por agencias de inmigración federal en la frontera. Estos menores de edad vinieron a los Estados Unidos en búsqueda de refugio y seguridad, en vez se encontraron con inhumanidad y sufrimiento bajo el cuidado de nuestro gobierno.
Sus muertes han revelado las condiciones horrendas bajo las cuales los Estados Unidos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) está reteniendo a cientos de niños. Los centros de detención están gravemente, where sobrepoblados. Por ejemplo, los migrantes son obligados a usar ropa sucia por varios días a la vez. Para empeorar las cosas, CBP parece estar reteniendo niños durante largos periodos, que entra en conflicto directamente con el Acuerdo Flores, una serie de reglas judiciales que aportan condiciones humanas para los niños migrantes en centros de detención-- reglas que el gobierno de Trump ahora está intentando desmontar, argumentando ante el tribunal que el acuerdo no requiere que CBP aporte artículos de aseo personal para mantener a los niños limpios.
El gobierno puede argumentar que tienen las manos atadas por falta de recursos, pero la verdad es que estos horrores son solamente un intento reciente de deshumanizar a las personas buscando refugio y a los migrantes, incluyendo a niños, negandolos cuidado básico y dignidad.
La Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, una subdivisión de CBP, ha aumentado más del doble en personal y financiación desde 2003. En el pasado, CBP se ha ocupado con niveles más altos de llegadas de migrantes y ahora tiene 17 veces más presupuesto que en 1990.
Y sin embargo, el departamento sigue teniendo un historial horrendo de abusos denunciados en los centros de detención, con varios adultos y niños muriendo bajo su cuidado. Desde 2004, han ocurrido 97 muertes en manos de agentes de CBP, incluyendo la muerte de Claudia Gómez González, una joven indígena y desarmada de 20 años que fue asesinada por un agente de la Patrulla Fronteriza en mayo de 2018.
El departamento ha tenido el tiempo y los recursos necesarios para determinar un plan y proceso adecuado hacia el indice alto de migrantes buscando asilo, particularmente familias, en la frontera de los Estados Unidos y México. Sin embargo, siguen siendo opacos en sus respuestas a los miembros del Congreso y presentan datos engañosos sobre el cruce de fronteras.
La campana de DHS de desviar y desgastar los estándares del trato humano de los inmigrantes hacia la population estadounidense debe terminar ahora. Es inconcebible que nuestra sociedad continúe en esta dirección con el recuerdo de las muertes prevenibles ahora grabadas para siempre en nuestra historia.
No podemos seguir creyendo las falsedades del Departamento de Seguridad Nacional y sus agencias. El Congreso debe exigir transparencia al DHS, para encontrar soluciones reales para prevenir estas muertes. Actualmente, los apropiadores están decidiendo el próximo presupuesto para el DHS, ICE y CBP. Ellos deben de asegurarse de que no se les concede más fondos a estas agencias, mientras que haiga niños y adultos sufriendo abusos y personas muriendo bajo custodia.
La ACLU continuará su lucha para asegurar que los inmigrantes sean tratados con justicia y humanidad. Nuestra demanda para reunir familias, que incluye a algunos de los niños que se encuentran en estas horrendas condiciones de CBP, está en curso. En el Centro de Derechos Fronterizos (BRC), estamos monitoreando las acciones de CBP para asegurarnos de que no pasen desapercibidas. Y en Washington, lucharemos para asegurarnos de que los presupuestos de estas agencias no aumenten, de modo que los dólares de nuestros contribuyentes no sean utilizados para financiar el abuso de seres humanos.
Los Estados Unidos debe brindar albergue y atención digno a todas las personas, incluyendo a las personas que solicitan asilo y refugio bajo su derecho legal. No podemos permitir más muertes injustificadas en nuestro país.